Los ojos invisibles



Ante la tentativa de realizar un blog, una cosa pasó por mi mente: ¿Por qué? ¿Qué elemento diferenciador puedo brindar entre el mar de textos que navegan por la web?
Comencé a buscar algo que me caracterizara y la respuesta la encontré en mi personalidad y las actividades que realizo. Algo que me define bastante bien es la observación. No sólo a través de la vista (aunque ocupe un gran rango de dicha disciplina), sino también de todos los sentidos y el análisis.
Por otro lado, mis actividades se resumen en estudiar (publicidad, en el área de redacción; música y filosofía), leer, escribir, escuchar música y crearla también.

La forma de observación de las personas dice mucho sobre ellas. En mi caso, además de observar todo lo que está a mi alcance, también observo la manera en que otros lo hacen. En varias ocasiones terminé sabiendo más de la disposición de los objetos de una casa ajena que el propio dueño. Este es un buen ejemplo de la observación que me interesa: aquellos ojos invisibles, que nadie ve o que nadie le da importancia. Esos ojos ocultos que están en la calle, en un transporte público o en una fiesta.
Con respecto al análisis, trato de relacionar todo lo que veo con la información que poseo. Adhiero en la moción de considerar que la filosofía es la madre de todas las ciencias y un punto de partida del conocimiento humano.

Sin intención de aburrirlos, terminaré diciendo que en el presente blog encontrarán textos de mi autoría (poesía, narración breve y cuentos), análisis varios sobre mi observación diaria y una intención de amalgamar las disciplinas que llenan mi vida: literatura, publicidad y filosofía.